8 de octubre por la madrugada - Mi paso a la inmortalidad

       Son las 00:00 hs. Estoy hablando por teléfono con mi mamá. Llegué a casa hace 40 minutos después de un largo día de trabajo. Tengo la bolsita de MacDonald's sobre la mesada.

       Son las 00:15 hs. Corto con mi mamá.

       Son las 00:30 hs. Voy a bajar los caños que compré en el Easy para desagotar la pileta. Este fin de semana largo tenemos organizado asadito e inauguración de la temporada de pileta con mis hijxs, mi vieja, mis hermanxos y sobrinxs. 

Me acerco al portón para ponerle el candado.

       ME SORPRENDEN POR LA ESPALDA COBARDEMENTE, ME DISPARAN EN LA CABEZA,  ME MATAN.

HUYEN ASÍ, COMO SI NADA. 

ME ROBARON LA VIDA Y SÓLO ESO. NO ME SACARON NI MI BILLETERA, NI MI CELULAR,  NI ENTRARON A MI CASA.

       Tal como les dijera a mis vecinos en su oportunidad: ya saben por dónde viene la mano. En lo único que me equivoqué es que estoy en mi casa y no en una zanja.

       AL FISCAL QUE NO ME CUIDÓ.

 AL JUEZ DE GARANTÍAS QUE NO ME CUIDÓ.

 A LA JUSTICIA QUE NADA, PERO NADA HIZO CON LA DENUNCIA QUE PRESENTÉ 20 DÍAS ATRÁS.

 EXIJO POR MIS HIJxS,  POR MI MAMÁ, POR MIS HERMANxS, POR MIS SOBRINxS, POR TODA MI FAMILIA, POR TODOS LOS QUE ME QUIEREN, QUE ESTO NO QUEDE IMPUNE.

 QUE NO ME CONVIERTAN EN UNA VÍCTIMA DOS VECES. 

QUE NOS DEMUESTREN QUE LA VIDA TIENE ALGÚN VALOR PARA LAS INSTITUCIONES. 

QUE LAS PERSONAS QUE FORMAN ESAS INSTITUCIONES SON CONFIABLES, COMPETENTES, SOLIDARIAS Y HUMANAS.

QUE HAGAN SU TRABAJO PARA QUE SEA JUSTICIA.