viernes, 13 de septiembre de 2013

13 de septiembre - La amenaza inesperada

         Estoy tratando de concretar un encuentro con Patsy para poder charlar personalmente y pedirle que se comprometa a que esto no puede seguir así. Ella me sigue evadiendo. Hoy me dice que se tiene que ir de viaje por más de un mes. O sea: sigue mintiendo.

        Me dice que durante su ausencia su prima se va a contactar conmigo, que queda a cargo del tema, "a ver si con ella te entendés mejor".

        La prima me está llamando en este mismo momento. Podría jurar que está al lado de ella. Ahora me mensajea y directamente me amenaza con una lluvia de SMS cada vez más pesados. También me llama y me amenaza. La escucho pero no le hablo.
 
        ME  TERMINA DICIENDO QUE ME VOY A LLEVAR UNA GRAN SORPRESA: VUELVO A MANDAR UN MENSAJE A LA DUEÑA DE LA QUINTA Y POBRE DE MÍ.

        No entiendo...¿no es una reacción desmesurada? Y ni hablar del vocabulario que usa la prima. Parece que tiene experiencia en intimidar personas.
     







Mariela Fernanda Pérez Argüello es la oficial de la Policía Federal en ese entonces (luego traspasada a la Policía de la Ciudad de Buenos Aires) que amenazó a Gabriel desde su propio teléfono celular a través de varios mensajes iguales o peores a los transcriptos en las fotos que se ven aquí arriba. 

Todos estos mensajes Gabriel los ofreció  a la justicia cuando hizo su denuncia por amenazas. Luego amplió su denuncia porque pudo averiguar él mismo por sus propios medios la identidad de quien lo amenazaba y que formama parte de las fuerzas represivas del estado. Así como también averiguó la verdadera identidad de "Patsy". 

Gabriel dejó asentado en su denuncia que si a él le pasaba algo hacía responsable a Amelie Alicia Storani Dominguez, a Mariela Fernanda Pérez Argüello y a Ezequiel Salsamendi. Tres personas que la fiscalía debiera investigar e indagar. Tres personas investigadas en una causa que aún hoy, 13 de septiembre de 2020, no fue elevada a juicio. 

7 años después de que Gabriel presentara las denuncias por amenazas, y con Gabriel muerto, ya que esas amenazas se concretaron, en febrero de 2020, llega a juicio una causa separada de la del homicidio. Sí, increíble pero real. Una causa solo por amenazas, con una única imputada: la policía que amenazó a Gabriel. A días de que la causa proscribiera, la enorme lucha de la familia, amigos, vecinos y vecinas de Gabriel hizo posible que Pérez Argüello se siente en el banquillo y fuera juzgada y sentenciada. 


La sentencia fue vergonzosa: 2 años de prisión en suspenso. Y la autora de semejante acto de impunidad, además de ser responsable de no permitir a la familia de Gabriel ingresar al juzgado a escuchar la sentencia y de desplegar un desmedido operativo policial y represión a quienes se manifestaron en la puerta del juzgado fue la jueza Andrea Pagliani del Juzgado Correccional Nº5 de San Isidro. 

Para ella y su nefasta sentencia, para sus métodos para hostigar a familiares de víctimas y para disciplinar su lucha, nuestro mayor repudio. Andrea Pagliani es cómplice y responsable de que Pérez Argüello hoy no esté cumpliendo la condena de 4 años de prisión que es la que le correspondía por amenazar a Gabriel y generarle el miedo y la preocupación que sintió desde aquel 13 de septiembre de 2013 hasta el día en que lo asesinaron de un disparo en la cabeza en el jardín de su casa. 

A Pagliani no le importó ni el dolor de la familia, ni la injusta muerte de Gabriel, ni dudó en acallarles utilizando las fuerzas represivas, esas mismas que habían estado sentadas en el banquillo ese día, las mismas que intentaron callar a Gabriel en vida.

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